En este capítulo se desarrollan varios temas de interés
partiendo desde concepciones generales acerca de cultura profesional docente,
las condiciones en que se desarrolla la misma, la naturaleza de la profesión
docente, el contexto organizativo de la práctica, entre otros tópicos los
cuales para desarrollar un análisis más profundo y sistematizado, decidí
trabajarlos cada uno de forma particular.
De este modo iniciamos el análisis con el primer tema del
capítulo:
Cultura profesional del docente
En primer lugar, al iniciar este apartado, el autor nos propone
algunos conceptos claves los cuales considero oportuno destacar por ejemplo el
que define que la cultura profesional como aquel conjunto de prácticas,
creencias, ideas, expectativas, rituales, valores, motivaciones y costumbres
que definen una profesión en un contexto y en un tiempo dado, es decir, que
dicha cultura profesional está integrada por un conjunto de atribuciones
propias de una profesión las cuales tiene la habilidad de posibilitar su
existencia.
Más adelante en el mismo capítulo el autor, tras citar a
Contreras, 1991 en cuanto a algunas categorías de diferentes profesionales
afirma que unos tienen la tarea de pensar y otros la de ejecutar, asegurando
que de estas, la tarea de pensar se considera más decisiva, mas difícil y
anterior en tiempo. Así que mediante esta clasificación, el docente practico
queda como un ser sin autonomía, depende de agente externos que piensen por él
mientras que el maestro que asume el reto de pesar, se convierte en un
traductor del pensamiento, en un ejecutor de las ideas y en un aplicador de los
descubrimientos.
En conclusión, el autor sostiene que hay tres factores
que configuran la cultura profesional de los docentes: las condiciones sociales
en que se desarrolla, la concepción que se tiene de su función y el contexto
organizativo en que se tiene el lugar.
Las condiciones sociales en que se
desarrolla
Este apartado hace referencia a todas aquellas
situaciones a las que se enfrenta el profesional docente el desarrollo de su
carrera como por ejemplo, la feminización de la profesión docente.
Tras ver los enunciados emitidos por el autor y todos los
autores citados y totalmente de acuerdo con los mismos puedo decir que es un
grave error querer feminizar esta profesión, por el simple hecho de que sea más
frecuente la presencia de mujeres que de hombres es la misma, es como dice
Harris,1982, citado por el autor, “si cualquiera puede llegar, cada uno puede
llegar”, es decir, cada uno posee las condiciones las para hacerlo tanto
mujeres como hombres y por ejemplo, de ser esta in balanceada tipificación por
el componente asistencial y de servicio que conlleva la profesión docente, que
menciona Apple, 1982 citado por el autor, el hombre, aunque en menor proporción
que la mujer, también puede cultivar perfectamente dichos componentes.
La naturaleza de la profesión docente
En este tópico el autor define los rasgos más importantes
que definen a los profesionales entre los que figuran un saber específico de
carácter científico, un nivel de institucionalización en sentido del ejercicio
reglado, profesión y otros. Luego el autor afirma que los profesionales
docentes gozan de estas características pero no en grado pleno y puro, por eso
una gran gama de autores los consideran como semiprofesionales.
El autor afirma que es imprescindible trazar un perfil
del profesional de la docencia porque no solo importa definir el lugar donde
trabaja, el escenario donde se sitúa, lo importante es saber quién es y qué
sentido tiene lo que hace.
Más adelante el autor propone diez enunciados los cuales
son características que definen a la profesión docente por ejemplo, que no es
inespecífica ya que para ejecutarla hace falta tener unas actitudes, unos
conocimientos y unas destrezas que no se poseen de forma innata o
intuitivamente, entre otros enunciados.
En conclusión, Pérez Gómez, 1994, citado por el autor
considera que el profesor debe entenderse como un profesional comprometido con
el conocimiento, que actúa a la manera de un artista o un clínico en el aula,
que investiga y experimenta, que utiliza el conocimiento para comprender los términos
de la situación del contexto, del centro, del aula, de los grupos y de los
individuos, así como para diseñar y construir estrategias flexibles adaptadas a
cada momento, cuya eficiencia y bondad experimenta y evalúa de forma permanente.
El contexto organizativo de la práctica
En este apartado, se define claramente la incidencia que
tiene el contexto con el quehacer docente, tanto así que el autor alega que no
se puede entender lo que le sucede a los profesores sin tener en cuenta las características
de la institución en lo que trabajan y en la que viven.
El autor afirma que la práctica de los profesores está
marcada por algunas situaciones, por ejemplo:
-La individualidad frente a la colegialidad, lo cual
destaca situaciones desastrosas tanto en los maestros como en los alumnos.
-La prescripción frente a la reflexión, lo que se
visualiza cuando maestros en vez de deshacer la oportunidad de desarrollar su capacidad de
crear, se limitan a lo que reciben y hasta a veces sin crear ningún razonamiento
al respecto.
-Envejecimiento de los profesionales frente al
rejuvenecimiento de los alumnos, lo que los puede conducir a la monotonía.
-Juicios atributivos culpavilizadores ante el fracaso, lo
cual es bastante común y se produce cuando los padres y la sociedad en general
tienden a culpar al profesor por todos los males de la escuela.
-La micro política de la escuela y las inercias
institucionales y sociales.
Algunos senderos por donde avanzar
Este es el último subtitulo y en el mismo, el autor
propone algunas sugerencias que podrían ser de gran ayuda para mejorar algunas
situaciones ya planteadas entre las cuales propone:
-Concebir el centro como la unidad funcional del cambio.
-La apertura del centro a la comunidad educativa a través
de consejos escolares y a la sociedad a través de la permeabilidad institucional.
Estos que sean más asequibles.
-La reflexión sobre la práctica
-Modificar las estructuras y las situaciones sociales en
las que se desarrolla el docente el docente.
-La defensa de los valores públicos y el compromiso con
los desfavorecidos.
Considero que al crear el autor cada una de estas
propuestas de mejora, estaba convencido que aun hay esperanza y de que a pesar
de todo, aun estamos a tiempo de mejorar esta condición, estamos aun a tiempo
de quitar esa etiqueta que por tantos años se les ha colocado a los profesores.
Somos la generación emergente y los responsables de que
no se nos siga señalando como los como los “comesueldos” del gobierno.
Las herramientas están, las condiciones propicias, solo
hace falta la actitud, esa que nos impulsara a decidirnos por el camino de la excelencia
indignados por tanto desmèrito y falta de valoración sea por causas reales o
no, esa que aun sin ver los cambios de forma inmediata nos llevara a ver aun
mas allá con visión de águila la inminente victoria que se aproxima si asumimos
con toda gallardía este gran reto que nos espera.
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