martes, 20 de mayo de 2014

Síntesis de la guía “Enseñar o el oficio de aprender” de Michel A. Santos Guerra

En este capítulo se desarrollan varios temas de interés partiendo desde concepciones generales acerca de cultura profesional docente, las condiciones en que se desarrolla la misma, la naturaleza de la profesión docente, el contexto organizativo de la práctica, entre otros tópicos los cuales para desarrollar un análisis más profundo y sistematizado, decidí trabajarlos cada uno de forma particular.

De este modo iniciamos el análisis con el primer tema del capítulo:

Cultura profesional del docente

En primer lugar, al iniciar este apartado, el autor nos propone algunos conceptos claves los cuales considero oportuno destacar por ejemplo el que define que la cultura profesional como aquel conjunto de prácticas, creencias, ideas, expectativas, rituales, valores, motivaciones y costumbres que definen una profesión en un contexto y en un tiempo dado, es decir, que dicha cultura profesional está integrada por un conjunto de atribuciones propias de una profesión las cuales tiene la habilidad de posibilitar su existencia.

Más adelante en el mismo capítulo el autor, tras citar a Contreras, 1991 en cuanto a algunas categorías de diferentes profesionales afirma que unos tienen la tarea de pensar y otros la de ejecutar, asegurando que de estas, la tarea de pensar se considera más decisiva, mas difícil y anterior en tiempo. Así que mediante esta clasificación, el docente practico queda como un ser sin autonomía, depende de agente externos que piensen por él mientras que el maestro que asume el reto de pesar, se convierte en un traductor del pensamiento, en un ejecutor de las ideas y en un aplicador de los descubrimientos.
En conclusión, el autor sostiene que hay tres factores que configuran la cultura profesional de los docentes: las condiciones sociales en que se desarrolla, la concepción que se tiene de su función y el contexto organizativo en que se tiene el lugar.



Las condiciones sociales en que se desarrolla

Este apartado hace referencia a todas aquellas situaciones a las que se enfrenta el profesional docente el desarrollo de su carrera como por ejemplo, la feminización de la profesión docente.
Tras ver los enunciados emitidos por el autor y todos los autores citados y totalmente de acuerdo con los mismos puedo decir que es un grave error querer feminizar esta profesión, por el simple hecho de que sea más frecuente la presencia de mujeres que de hombres es la misma, es como dice Harris,1982, citado por el autor, “si cualquiera puede llegar, cada uno puede llegar”, es decir, cada uno posee las condiciones las para hacerlo tanto mujeres como hombres y por ejemplo, de ser esta in balanceada tipificación por el componente asistencial y de servicio que conlleva la profesión docente, que menciona Apple, 1982 citado por el autor, el hombre, aunque en menor proporción que la mujer, también puede cultivar perfectamente dichos componentes.

La naturaleza de la profesión docente

En este tópico el autor define los rasgos más importantes que definen a los profesionales entre los que figuran un saber específico de carácter científico, un nivel de institucionalización en sentido del ejercicio reglado, profesión y otros. Luego el autor afirma que los profesionales docentes gozan de estas características pero no en grado pleno y puro, por eso una gran gama de autores los consideran como semiprofesionales.

El autor afirma que es imprescindible trazar un perfil del profesional de la docencia porque no solo importa definir el lugar donde trabaja, el escenario donde se sitúa, lo importante es saber quién es y qué sentido tiene lo que hace.

Más adelante el autor propone diez enunciados los cuales son características que definen a la profesión docente por ejemplo, que no es inespecífica ya que para ejecutarla hace falta tener unas actitudes, unos conocimientos y unas destrezas que no se poseen de forma innata o intuitivamente, entre otros enunciados.

En conclusión, Pérez Gómez, 1994, citado por el autor considera que el profesor debe entenderse como un profesional comprometido con el conocimiento, que actúa a la manera de un artista o un clínico en el aula, que investiga y experimenta, que utiliza el conocimiento para comprender los términos de la situación del contexto, del centro, del aula, de los grupos y de los individuos, así como para diseñar y construir estrategias flexibles adaptadas a cada momento, cuya eficiencia y bondad experimenta  y evalúa de forma permanente.

El contexto organizativo de la práctica

En este apartado, se define claramente la incidencia que tiene el contexto con el quehacer docente, tanto así que el autor alega que no se puede entender lo que le sucede a los profesores sin tener en cuenta las características de la institución en lo que trabajan y en la que viven.
El autor afirma que la práctica de los profesores está marcada por algunas situaciones, por ejemplo:
-La individualidad frente a la colegialidad, lo cual destaca situaciones desastrosas tanto en los maestros como en los alumnos.
-La prescripción frente a la reflexión, lo que se visualiza cuando maestros en vez de deshacer  la oportunidad de desarrollar su capacidad de crear, se limitan a lo que reciben y hasta a veces sin crear ningún razonamiento al respecto.
-Envejecimiento de los profesionales frente al rejuvenecimiento de los alumnos, lo que los puede conducir a la monotonía.
-Juicios atributivos culpavilizadores ante el fracaso, lo cual es bastante común y se produce cuando los padres y la sociedad en general tienden a culpar al profesor por todos  los males de la escuela.
-La micro política de la escuela y las inercias institucionales y sociales.

Algunos senderos por donde avanzar

Este es el último subtitulo y en el mismo, el autor propone algunas sugerencias que podrían ser de gran ayuda para mejorar algunas situaciones ya planteadas entre las cuales propone:

-Concebir el centro como la unidad funcional del cambio.
-La apertura del centro a la comunidad educativa a través de consejos escolares y a la sociedad a través de la permeabilidad institucional. Estos que sean más asequibles.
-La reflexión sobre la práctica
-Modificar las estructuras y las situaciones sociales en las que se desarrolla el docente el docente.
-La defensa de los valores públicos y el compromiso con los desfavorecidos.

Considero que al crear el autor cada una de estas propuestas de mejora, estaba convencido que aun hay esperanza y de que a pesar de todo, aun estamos a tiempo de mejorar esta condición, estamos aun a tiempo de quitar esa etiqueta que por tantos años se les ha colocado a los profesores.

Somos la generación emergente y los responsables de que no se nos siga señalando como los como los “comesueldos” del gobierno.


Las herramientas están, las condiciones propicias, solo hace falta la actitud, esa que nos impulsara a decidirnos por el camino de la excelencia indignados por tanto desmèrito y falta de valoración sea por causas reales o no, esa que aun sin ver los cambios de forma inmediata nos llevara a ver aun mas allá con visión de águila la inminente victoria que se aproxima si asumimos con toda gallardía este gran reto que nos espera.  

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